Volver a realizar ejercicio después de haber sufrido un infarto de miocardio es un problema difícil de afrontar. Depende mucho de la cantidad de musculo cardíaco que fue dañado y de la situación en la ha quedado su corazón.
No hay duda de que realizar ejercicio le ayudará en su recuperación mejorando el control de la tensión arterial, el azúcar y el colesterol, y permitirá que su corazón trabaje de forma más eficaz.
Como recomendación general, debemos esperar al menos dos semanas después del episodio para iniciar un ejercicio, que debe realizarse bajo las siguientes pautas:
– Empezar por pequeños paseos, de 20 a 30 minutos al día, por un terreno llano, sin forzar la marcha ni realizar ningún sobresfuerzo. Lo ideal es llevar un pulsómetro que nos ayude a controlar el ritmo cardiaco para que este por debajo de 70 latidos por minuto.
– Si ve que puede pasear sin problemas, pasado un mes aumente lentamente su actividad con ejercicio aeróbicos, como la bicicleta o la natación. Los ejercicios isométricos (siempre en el mismo sitio, como levantar pesas) no son adecuados. No olvide controlar su frecuencia cardiaca con un pulsómetro.
– Su recuperación no será completa si al ejercicio no le añade una dieta equilibrada y ser rigurosos tomando la medicación. Debe aumentar la actividad lentamente. Esforzarse en exceso puede perjudicarle, así que tómeselo con calma y consulte con su médico si presenta algún síntoma.